Cuando David Cameron se comprometió a convocar un referéndum sobre la permanencia de Gran Bretaña en la Unión Europea, pensaba que podría ganarlo sin grandes dificultades. Hoy, a tan sólo un mes de la celebración del referéndum, las cosas no están tan claras. La clave del escrutinio se encuentra entre los electores de izquierdas, divididos ante la cuestión. Jeremy Corbyn se ha pronunciado tímidamente por la permanencia de Reino Unido en la UE, sin embargo el debate continúa siendo extremadamente sensible.
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DeDe nuestro enaviado especial en Londres (Gran Bretaña).- Jeremy Corbyn no es ni un gran orador ni un gran comunicador. Con frecuencia, cuando el líder del Partido Laborista británico se dirige a una multitud o a las cámaras parece incómodo. A su favor juega la fuerza de sus convicciones de izquierdas y una trayectoria política rectilínea. Por esa razón, la militancia le convirtió, para sorpresa general, en el sucesor de Ed Miliband tras su amarga derrota de 2015 ante David Cameron. Desde entonces, no ha dejado de tratar de afianzarse ante los diputados de su partido, en su mayoría, próximos a la línea centrista de Tony Blair y de Gordon Brown.