El acuerdo alcanzado el 14 de julio entre Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido, Alemania e Irán prohíbe a Teherán la producción de una bomba atómica y pone al programa nuclear iraní bajo estricto control internacional. A cambio, se levantarán las sanciones que pesan sobre Irán desde 2006. Un nuevo escenario que podría alterar el equilibrio regional.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ratificó el pasado lunes 20 de julio –el Congreso de Estados Unidos lo hizo dos días después– el acuerdo sobre el programa nuclear iraní alcanzado en Viena el pasado 14 de julio entre Teherán y los llamados « 5+1 » (Estados Unidos, Rusia, Francia, China, Reino Unido y Alemania). El texto estipula la derogación de las siete resoluciones adoptadas en 2006 por la ONU para sancionar el programa nuclear iraní, así como las actividades armamentísticas de la República Islámica. Tras 12 años de crisis y 20 meses de intensas negociaciones, el documento de 109 páginas –que incluye una declaración y cinco anexos y que ha contado con el consenso de los negociadores, puede considerarse histórico por diversas razones.