François Hollande ha perdido. El Partido Socialista (PS) no tendrá bajo su mando más que algunas regiones. Pero el jefe de Estado se imagina en las presidenciales de 2017. Con un Frente Nacional fuerte y una derecha sin tapujos los resultados de este domingo confirman su estrategia : ser el único baluarte « republicano » frente a Marine Le Pen.
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HastaHasta el final, el poder no ha querido creer. Incuso el viernes, el Elysée consideraba que el éxito del Frente Nacional estaba sobreestimado en las encuestas. Su argumento ha sido brutalmente desmentido : este domingo por la noche, la extrema derecha se posicionó a la cabeza en seis de trece regiones. Después de los atentados del 13 de noviembre, François Hollande adoptó una postura marcial y encarnada, una medida hasta ahora inédita, dando un giro seguritario a su quinto año en el poder. Incluso llegó a adoptar una propuesta del propio Frente Nacional para reformar la Constitución. Nada funcionó : en estas elecciones celebradas bajo el estado de urgencia, el FN se ha posicionado a la cabeza con casi un 30 % de los votos, muy por delante de la derecha (27 %) y del PS (23 %). El resto de la izquierda parece atomizado.