Nuestros enviados especiales a Colombia
«Nadie puede pasar! Desde este asunto, tenemos instrucciones...» En Nilo, a ciento cincuenta kilómetros de Bogotá, el guardia apostado día y noche en la entrada de la propiedad de Thierry Gaubert prohíbe, amable pero firmemente, el paso a los visitantes. Alrededor de su casilla con techo de palma, nada sobresale de la vegetación tropical, ni de las montañas que la circundan.
Hace diez años, el antiguo consejero y amigo de Nicolás Sarkozy, imputado en septiembre en el caso Takieddine, hizo construir aquí, en secreto, al abrigo del fisco francés, una propiedad majestuosa con fondos ocultos, cuyos misterios aún no han sido totalmente dilucidados por los jueces.

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Los policías la descubrieron el pasado julio, tras yuxtaponer las piezas incautadas durante el registro de su oficina. Primero un expediente, luego fotos y numerosos e-mails. En septiembre, Thierry Gaubert niega para finalmente confirmar la existencia de esta guarida curiosamente escondida en medio de la cordillera colombiana. Una finca con aires de monasterio que bautizó Cactus.
En la misma propiedad prohibida a los visitantes, otro amigo del clan, Jean-Philippe Couzi, un allegado de Nicolás Bazire, el número dos del gigante francés de lujo LVMH, construyó aún más en grande: Palmera, un palacio adornado con columnatas y rodeado de palmeras; igual de invisible desde la carretera... Ambas propiedades han sido rentadas para una telenovela colombiana bastante trash, Las Muñecas de la Mafia. La arquitectura post-colonial de las casas constituía, aparentemente, el escenario ideal...
Una parte del clan ha venido a probar el aire de la selva. El negociante de armas franco-libanés Ziad Takieddine, Olivier Dassault, heredero del fabricante de aviones francés, diputado de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y presidente de Dassault Communication, así como Alexandre de Juniac, antiguo colaborador de Nicolas Sarkozy en el ministerio de Presupuesto (1993-95), hoy en día director de Air France... Todos ellos han pasado una temporada en Cactus.
Por su lado, el Sr. Takieddine ha incluso depositado 100.000 dólares en una cuenta bancaria afectada a la gestión de la propiedad de Nilo. El clan también enviaba allí correspondencia. Una empleada de los correos de Nilo se acuerda de las cartas de la Presidencia de la República francesa dirigidas à Jean-Philippe Couzi, después de 2007. Éste se jactaba de conocer al presidente Sarkozy.
Hay que contar quince horas de avión, más cuatro de coche, antes de adentrarse en el estrecho camino que lleva a Nilo. A medida que desfilan las casuchas de techo de lámina, uno entra en uno de los valles más ricos y más securizados de Colombia.

"Detrás de esta montaña está Tolemaida, la base militar más importante de América Latina, explica uno de los amigosdel Sr. Gaubert, el riquísimo oftalmólogo Jaime Luis Vargas. Fuerzas especiales del mundo entero vienen a entrenarse aquí. Y con la escuela Espro (escuela de formación de soldados profesionales) de Nilo, contamos con tres otras bases militares en las cercanías. ¡Es por eso que los hombres más poderosos de Colombia han comprado o hecho construir casas aquí!"
Éstos no son muy numerosos. A algunas centenas de metros de Cactus y de Palmera, el ex presidente Andrés Pastrana, la familia del presidente actual, Juan Manuel Santos, y de los generales Jorge Enrique Mora, antiguo jefe de estado mayor del ejército, y Teodoro Ocampo, antiguo director de la policía nacional, se han instalado en el condominio El Lago -un lago donde se puede hacer esquí acuático: todos estos prestigiosos vecinos han frecuentado los « franceses », los Sres. Gaubert y Couzi.
“¡Han descubierto que teníamos una casa en Colombia!”
Al esquivar la prohibición de entrada, y con la ayuda de un guía a través del campo, es posible ver de más cerca las propiedades escondidas de los dos hombres, vecinas entre sí de algunas centenas de metros.

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En casa de los Gaubert, el descubrimiento de la propiedad colombiana por la policía francesa tuvo el efecto de una bomba, como lo confirma una escucha telefónica realizada el 5 de julio por la noche. "¡Han descubierto que teníamos una casa en Colombia!", anuncia Nastasia Gaubert a su madre, Hélène Gaubert. "¡Noooo!", responde la Princesa de Yugoslavia. "Pues que diga que fue Ziad [Takieddine, ed] quién se la regaló". La broma divierte madre e hija.
La primera traza de Cactus fue descubierta unas horas antes, ese mismo día, en un pequeño maletín debajo de la mesa de Thierry Gaubert, en la sede del grupo bancario BPCE (Banques populaires/Caisses d'épargne). Contenía un sobre lleno de documentos valiosos llevando la mención "Nilo/Cactus". Frente a los investigadores que lo interrogan, Thierry Gaubert declara sin inmutarse: "He recuperado estos documentos en el marco de mi procedimiento de divorcio. Estos documentos no me conciernen. No conozco el significado del término ‘Nilo'/'Cactus'." No reconoce siquiera los edificios en las fotos encontradas durante el registro.

Además de ser el nombre de su palacio colombiano, Cactus resultó también ser la contraseña de su computadora, de una cuenta email y de su I-Pad. Más incomodo aún, también es el nombre de un trust que abrió en las Bahamas al nombre de su esposa, a petición, dice, del banco privado Pictet de Ginebra, donde ya tiene activos ocultos. "El trust se llama Cactus, pero esto no tiene nada que ver con la propiedad de Nilo", asegura nuevamente el antiguo consejero de Nicolas Sarkozy el 21 de septiembre.
Sin embargo, se acuerda: "Cactus, al principio, en el 2000, era un terreno de una hectárea ubicado en el municipio de Nilo, en Colombia. Mi amigo Jean-Philippe Couzi había comprado un terreno y quise hacer lo mismo para que seamos vecinos." Reconoce haber construido y financiado sus obras por medio de la cuenta Cactus.
Su amigo de toda la vida, Jean-Philippe Couzi, se había instantáneamente enamorado del lugar con su esposa Astrid Betancourt -la hermana de Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC en 2002 -de la que lleva mucho tiempo separado. Desde entonces, el Sr. Couzi, antiguo operador turístico acaudalado, se ha instalado en Colombia.
"Cactus remite a la casa que hemos construido en Colombia, declara Hélène Gaubert. Me parece que mide más de mil metros cuadrados, tenía unos nueve cuartos. Es una casa gigantesca. Thierry tenía un delirio de grandeza, que se extendía a la piscina, totalmente desmesurada. El salón también era muy grande. Thierry contrató personal al año, y el cuidador incluso tiene una casa en el recinto de la residencia."

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“Un hombre muy importante en Francia”

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A su vez, el personal se acuerda. En el pequeño pueblo de Nilo, con sus casas de fachadas desconchadas, los antiguos empleados de los "franceses" dan cuenta de dicho delirio de grandeza. Evocan con amargura esos "gringos" que jamás tuvieron una palabra para ellos. Los ven de nuevo, como si fuese ayer, montados a caballo, dando la vuelta al pueblo, principescos. Varios de ellos tienen miedo de mostrarse.
Pero la primera ama de llaves, Gladys Martínez, que vende algunos comestibles en su casa, se acuerda sin temor del tiempo en que preparaba la casa de "Thierry y la princesa". "Llegaban cuando a ustedes les toca el invierno, explica, cohibida y sonriente. A veces, en limusina. Un segundo coche traía sus maletas. Cargaban realmente con muchísimas maletas, para mí esto era muy exagerado. Pero ella era una princesa, y él, un hombre muy importante en Francia."
Gladys y los empleados de casa llevaban un uniforme blanco, con un cactus bordado. En esta fotografía, el ex presidente Andrés Pastrana y su esposa posan con la ama de llaves de los Gaubert:
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En una ocasión, de hecho, los Gaubert habían podido llegar a Nilo gracias al helicóptero de Pastrana.
"Cuando venían, éramos ocho o diez empleados, prosigue Gladys. Alguien se encargaba del jardín. Otra persona de los caballos. Había como treinta caballos -algunos han sido vendidos. Había una lavandera y un equipo para la cocina. La comida tenía que estar lista para una hora bien precisa." Los Gaubert habían traído vajilla francesa para las cenas de invitados. Sobre una hoja de papel blanco, Gladys vuelve a trazar el mapa del sitio con nostalgia. "El comedor era inmenso, dice. Había dos torres. La habitación de la princesa, que tenía vista al lago, también era inmensa. Era un lago artificial."

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Cuando se asombró, un día, al ver la cantidad de trajes de la princesa -un centenar, según recuerda-, Hélène Gaubert le propuso, enternecida, de escoger uno. Hace más de un mes, la antigua ama de llaves se enteró de los problemas judiciales de su antiguo patrón al leer el semanal de Bogotá, Semana. "Nunca supe lo que hacía, dice. Es una historia un poco desagradable. Me parecía que toda la gente que venía era muy elegante. Los admiraba mucho. Decíamos "Aquí viene la princesa!" Era la primera princesa que conocía..."
"Jean-Philippe, Thierry y la princesa inauguraron la base militar de la Espro, añade la antigua ama de llaves. Se volvieron amigos del comandante." "Se infiltraron", echa pestes Joachim Parga, militar jubilado y "controlador de la legalidad" en el municipio de Nilo. "¡Incluso la policía los escoltaba aquí!" Una fotografía comprueba, de hecho, la frecuencia de los favores otorgados por las autoridades.

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Gaubert, consejero oculto de Copé
En algunas ocasiones, Thierry Gaubert y su mujer también se beneficiaron de una protección personal ofrecida por el Estado Colombiano. Según una carta dirigida a Thierry Gaubert, de la cual Mediapart ha podido tener conocimiento, la ministra colombiana de Defensa, María Lucía Ramírez, expresaba, en mayo 2003, su satisfacción de haber podido ofrecer su "colaboración en materia de seguridad" durante su reciente estadía en Colombia.
"En espera de recibirle nuevamente en Colombia y asegurándole poder contar con toda la colaboración del ministerio que represento", la ministra expresa "su más alta consideración" al Sr. Gaubert.

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Cosa sorprendente, dicho correo oficial ha sido enviado al Sr. Gaubert a la Secretaría de Estado para Relaciones con el Parlamento. Un ministerio donde nunca ha trabajado oficialmente... "En esa época, y durante seis meses, fui encargado de misión para el Sr. Jean-François Copé, quien era Secretario de Estado, confirmó el Sr. Gaubert a Mediapart. No tenía ninguna actividad particular hacia Colombia, pero efectivamente, tuvieron que darme una persona para mi seguridad allá..."
Por su lado, la ex ministra colombiana se declaró en la incapacidad de comprobar el origen de sus diligencias debido a la falta de archivos. El gabinete del Sr. Copé nos ha indicado que las funciones del Sr. Gaubert habían sido "benévolas".
Más bien sorprendida por la imputación judicial de Thierry Gaubert en París, parte de la élite local asegura que desconocía su actividad real, aunque ya había integrado de manera oficial el grupo BPCE. "Es serio, inteligente, explica Jaime Luis Vargas, el oftalmólogo millonario. Parecía ser un gran ejecutivo, de muy alto nivel".
"Entendí que Thierry Gaubert era el marido de la princesa de Yugoslavia, y que era multimillonario", explica Juan Carlos Lecompte, el marido de Ingrid Betancourt, hoy en trámites de divorcio con ella. El Sr. Lecompte había seguido la inversión de su cuñada y de Jean-Philippe Couzi en Nilo. Había pasado una temporada en su palacio de la Palmera.

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"Le pregunté a Couzi porque había comprado esa finca que me parecía tan grande, se acuerda Juan-Carlos Lecompte. Me había contestado que tenía experiencia en el turismo y que quería traer franceses. La casa podía albergar unas diez familias. Pero creo que nunca lo hizo."
Si el origen de los fondos dedicados por los dos amigos a sus propiedades sigue siendo oscuro, los numerosos e-mails incautados muestran que su gestión se había vuelto mutua.

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"Anualmente, estimo que mis gastos se montan a unos 30.000 euros, aseguró el Sr. Gaubert a la policía. Esto fluctúa en función de las obras a realizar. A día de hoy, mi casa me ha costado 600.000 dólares. Es preciso saber que la vida en Colombia no es nada cara." Y como prueba de ello, Thierry Gaubert cita el sueldo diminuto de sus empleados in situ: 150 dólares al mes.
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Próximo episodio: El álbum de viaje del clan presidencial.