El país, que tiene la tercera mayor población carcelaria del mundo, ve cómo las bandas se hacen con al control de los establecimientos penitenciarios. A pesar de la creación de unidades policiales de élite, la lucha que se libra para controlar las prisiones volvió a saltar a la primera plana a principios de enero.
DeDe nuestro corresponsal en Río de Janeiro (Brasil).- La cabeza aparece en un primerísimo primer plano; agarrada por el pelo y zarandeada en todas las direcciones, antes de ser lanzada contra el suelo. Los detenidos, ebrios de poder tras hacerse con el control del establecimiento, gritan y se felicitan. Miembros de la banda Primeiro Commando da Capital (PCC) lograban acceder a las zonas en que se encontraban los miembros del Commando Vermelho (CV). El hombre que graba la escena gira la cámara hasta enfocar su propio rostro: tiene expresión de alucinado. Durante el tiempo que dura la secuencia, no pestañea y grita: « Esto es lo que hemos hecho al CV. ¡Esta es nuestra casa! ».