A su llegada al Banco Central Europeo, Christine Lagarde se fijó una nueva misión: convertir la institución en uno de los actores en la lucha contra del cambio climático. Pero, ¿confiar semejante función al organismo monetario no equivale a perpetuar el sistema financiero existente para que nada cambie?
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InclusoIncluso antes de asumir la Presidencia del Banco Central Europeo, Christine Lagarde ya había esbozado buena parte de su hoja de ruta: la institución monetaria europea debería, en su opinión, convertirse en un actor cardinal en la lucha contra el cambio climático. Acaba de ganar una batalla en esta lucha. El 11 de febrero el Parlamento Europeo aprobaba que el BCE, como institución de la Unión, « debe someterse al acuerdo de París sobre el cambio climático y que esto debe reflejarse en sus políticas ». En el futuro, el Parlamento Europeo tiene la intención de analizar anualmente cómo ha actuado el BCE en la lucha contra el calentamiento climático. Un hecho inédito en la historia de los bancos centrales.