Con el proceso judicial contra France Télécom como telón de fondo, empleados, sindicatos y médicos insisten en que Orange no ha terminado con los demonios que planean sobre el sufrimiento laboral, pese a la vigilancia instaurada tras los suicidios en serie que ocurrieron hace diez años. Mediapart recoge en este reportaje testimonios de víctimas que han vivido una auténtica pesadilla en sus puestos de trabajo y describe las cuestionables prácticas laborales de la multinacional francesa de telecomunicaciones.
Este lunes 6 de mayo comenzó el juicio de « la era Lombard » en el Tribunal Correccional de París, un proceso judicial surgido de las decenas de suicidios de trabajadores de France Télécom entre 2006 y 2010. La empresa, ahora convertida en Orange, se encuentra en « alerta máxima ». El recuerdo de este periodo, doloroso para los trabajadores y sus familias, permite también tomar el pulso del gigante francés de las telecomunicaciones, dirigido desde marzo de 2010 por Stéphane Richard. Aunque el grupo parece haber pasado la página de esta etapa de « acoso moral institucional », ahora está enfrentado a otros males en un sector donde la competencia es feroz: intensificación del trabajo, lenta hemorragia de puestos de trabajo, especialmente en las tiendas, y una gestión atenazada.