Né en 1952, journaliste professionnel depuis 1976. Après des débuts à Rouge (1976-1978), puis au Matin de Paris (1979-1980) au retour du service militaire, j’ai longtemps travaillé au Monde (1980-2005) dont je fus directeur de la rédaction. Cofondateur de Mediapart en 2008, j’en ai assuré la présidence et la direction de publication de sa création à 2024. Depuis, je continue à y contribuer, notamment avec L’échappée. Je suis l’auteur d’une quarantaine d’ouvrages (bibliographie complète disponible sur Wikipedia en français), dont les suivants concernent directement le journalisme : Le journaliste et le président (2006), Combat pour une presse libre (2009), Le droit de savoir (2013), La troisième équipe (2015), La valeur de l’information (2018), La sauvegarde du peuple (2020). J’ai donné des enseignements aux universités de Montpellier et de Neuchâtel et à l’ENS de Paris.
Declaración de intereses
En aras de la transparencia hacia sus lectores, los periodistas de Mediapart rellenan y hacen pública desde 2018 una declaración de intereses según el modelo de la que rellenan los diputados y altos funcionarios ante la Alta Autoridad para la Transparencia y la Vida Pública (HATVP), organismo creado en 2014 tras las revelaciones de Mediapart sobre el caso Cahuzac.
Israel ha reivindicado el asesinato de seis periodistas palestinos en Gaza, calificando a uno de ellos de terrorista sin pruebas. Nunca habían desaparecido tantos profesionales de la información en un mismo periodo cronológico y misma zona geográfica.
Cuanto más se empeña el Estado de Israel en destruir Palestina, más la reconoce el mundo como una causa universal. Es el rayo de esperanza en este desastre infinito. Aunque tardío, es un despertar de las conciencias que salva los principios de humanidad, justicia e igualdad.
“Es una vergüenza”, se limitó a decir Emmanuel Macron el 13 de mayo en TF1 sobre lo que está haciendo Israel en Gaza, negándose a calificarlo. La verdadera vergüenza es quedarse en esas palabras y no hacer nada para impedir el genocidio que se está produciendo allí.
Después de Palestina, Ucrania es la segunda víctima de este nuevo orden internacional tras el acuerdo sellado por los presidentes de EEUU y Rusia. Al legitimar la ley del más fuerte en contra de la igualdad de derechos, su alianza refleja, a escala mundial, el dominio de un capitalismo depredador cuyas únicas reglas son el dinero, la violencia y el secreto.
Trump ha afirmado que quiere llevar a cabo una limpieza étnica de los gazatíes delante de Netanyahu, sobre quien pesa una orden de detención del TPI. Es una confirmación de que su presidencia comienza con una declaración de guerra contra los ideales democráticos más básicos.
Pensemos en los demás, en todos los demás. Todos, con los mismos derechos. Independientemente de su origen, condición, apariencia, religión, sexo o género. El periodismo que nos reúne aquí está al servicio de este ideal sin fronteras: la igualdad de derechos.
Israel libra una guerra contra Palestina, no sólo contra la existencia de un Estado con ese nombre, sino contra la supervivencia de la idea misma de su existencia, una guerra para destruir al pueblo que la encarna y ocupar la tierra que le da base.
Si la extrema derecha llegara al poder, no sería simplemente un empeoramiento de las políticas conservadoras ya en vigor. Supondría una ruptura histórica con el pasado al ofrecer venganza a quienes se declaran contrarios a la igualdad y los derechos universales.
Mejor la Agrupación Nacional de Le Pen que el Frente Popular: esa es la música que suena de fondo en el ataque chusco de Macron contra la unión de la izquierda y los ecologistas, una unión calificada de indecente y antisemita. Corresponde ahora a todos, sin vacilaciones ni divisiones, formar un frente unido como hizo el Frente Popular de 1934-1936 frente al fascismo.
Debemos rechazar ese veneno relativista de la competición entre víctimas y la jerarquía de las opresiones, que socava la esperanza de una humanidad común y la construcción de una verdadera universalidad.
La solidaridad con Palestina se ha convertido en un delito: expresarla hablando, escribiendo o manifestándose se castiga con citación policial, condena penal o prohibición previa. Esto debería preocupar a todos los demócratas si realmente se sienten parte de una democracia viva y pluralista.
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Club Mediapart
Participa en el debate
Los periodistas de Mediapart también utilizan sus blogs y participan en su nombre en este espacio de debate, compartiendo investigaciones o reportajes entre bastidores, dudas o reacciones personales a la noticia.
Invité pour le livre « Palestine, notre blessure » au Festival international de géographie (FIG) de Saint-Dié-des-Vosges, j’y ai appris qu’un juge des référés avait invoqué ma présence pour justifier un arrêté préfectoral instaurant un périmètre de sécurité policière.
“How the West Sees the World”: I examine this question in “The Garden and the Jungle”, which is published this week in the United States by Other Press, one year after its original publication in French. Here I present my introduction to this American edition, written at the beginning of Trump’s second term, in the shadow of the genocide in Gaza.
À quoi sert l’archéologie ? Pourquoi dérange-t-elle nos politiques au point que l’actuelle ministre de la Culture s’en est prise aux chantiers d’archéologie préventive ? Réponse dans trois émissions de « L’Échappée » dont les invités sont des historiens incarnant cette discipline qui oblige à regarder notre passé, et donc la France, en face, sans mythes ni fadaises.
L’association unitaire Visa (Vigilance et initiatives syndicales antifascistes) publie chez Syllepse un remarquable manuel internationaliste de résistance aux nouveaux fascismes que j’ai volontiers accepté de préfacer.
Le cinéaste Marcel Ophüls, décédé le 24 mai à 97 ans, fut un compagnon de route de Mediapart. Un compagnonnage commencé bien avant, en 1994, à l’occasion de son film Veillées d’armes : histoire du journalisme en temps de guerre.