Pretenden continuar a toda costa con su estrategia de establecer un estándar mundial con la ayuda de miles de millones sobre la mesa. Este deseo de dominación podría, paradójicamente, conducir a una fragmentación acelerada del mundo digital.
El presidente de Estados Unidos acaba de disipar las últimas dudas sobre Ucrania: tiene la intención de poner fin a la guerra accediendo a las peticiones de Moscú. Al hacerlo, da por buena la agresión iniciada hace tres años por Rusia contra su vecino.
En 2017, Xi Jinping lanzó un gran plan para convertir a China en el país líder en inteligencia artificial en 2030. Al igual que en el sector digital, el Partido Comunista ve en ello una oportunidad de crecimiento económico y un medio de control político.
Al atacar el Estado de derecho, el presidente americano debilita los contrapoderes y desarma a la resistencia. Para oponerse a la catástrofe, es urgente mirarla a la cara y enfrentarse a ella.
La estrategia reciente del partido conservador alemán es sintomática de la evolución de las derechas europeas. Se observa el abandono de sus identidades democráticas para adoptar con naturalidad las obsesiones reaccionarias de la extrema derecha.
Robert F. Kennedy Jr., nombrado para el puesto de secretario de Estado de Sanidad, intenta conseguir el aval del Senado. En su haber pesan conflictos de intereses y su postura antivacunas y contraria a la ciencia.
Es imposible evaluar el número de gazatíes sepultados bajo los escombros de sus casas, el 92% de las cuales han quedado destruidas o gravemente dañadas. Netanyahu, sintiéndose reforzado por el regreso al poder de su amigo y protector Donald Trump, tiene menos intención que nunca de poner fin a la guerra.
¿Qué será de las actividades de la agencia de la ONU que presta asistencia a los refugiados palestinos y que este jueves ha cerrado sus puertas por orden del Gobierno israelí?. Nadie tiene la respuesta, pero las actividades de la UNRWA en territorio israelí han quedado prohibidas, así como los contactos entre miembros de las administraciones israelíes y la ONU.
Los participantes en Davos celebraron fascinados las primeras primeras decisiones del nuevo inquilino de ha Casa Blanca, que intervino por videoconferencia en el foro. Las élites del planeta, hasta ahora partidarias de la globalización feliz, suscriben ahora un capitalismo salvaje y la violencia social y política que conlleva.
El aluvión de medidas anticlima anunciadas por el nuevo presidente americano no debe ocultar el balance negativo del mandato demócrata. Estados Unidos produce ahora más petróleo que ningún otro país en la historia del mundo y no cumple sus objetivos de reducción de CO2.