Incluso antes de su investidura, Donald Trump empezó ya a monetizar su presidencia, consiguiendo en pocos días varios miles de millones. Es un cambio radical, que ilustra el asalto del sector privado al poder monetario en detrimento del poder mundial del dólar.
Los gigantes digitales, antes tan preocupados por el cambio climático, juran ahora lealtad al nuevo presidente de Estados Unidos. Esta alianza, estigma paradójico del capitalismo de la energía fósil, podría destruir el planeta si no se hace nada contra ella.
Amazon, Meta, Google, Microsoft, Pfizer, Goldman Sachs, Chevron... todas han donado al menos un millón de dólares para financiar los actos que rodean la toma de posesión de Donald Trump. Los millones llegan con diversos fines: apoyar al nuevo presidente, protegerse de él y, en cualquier caso, asegurarse el acceso al Despacho Oval.
Al recortar el presupuesto estatal destinado a la cultura y estigmatizar a los artistas, el presidente argentino ha alienado al sector de la cultura. Testimonios de algunos actores culturales del país, angustiados por su futuro pero combativos.
Según la ONU, ayer domingo pasaron por los controles israelíes más de 600 camiones cargados de alimentos de primera necesidad camino a Gaza. En Egipto, sin embargo, sigue siendo incierto el destino del paso fronterizo de Rafah con el enclave.
En el condado de Kern, al norte de Los Ángeles, la policía lleva una semana a la caza de trabajadores extranjeros, en su mayoría latinos. Algunos “sólo” han sido detenidos, pero otros ya han sido deportados a México.
Tras quince meses de destrucción extrema, han hecho falta unas elecciones en Estados Unidos para que todo cambie. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tras muchos cambios de opinión , finalmente acepta un acuerdo temporal. ¿Pero a qué precio?
La proliferación de homenajes al fundador del Frente Nacional pasa por alto la realidad de sus convicciones. Mucho más que meros “deslices” o “polémicas”, el político bretón siempre asumió posiciones extremas.
Al igual que el tío de Ofer Kalderon, uno de los dos rehenes franco-israelíes cautivos desde hace más de quince meses en Gaza, las familias se dividen entre el optimismo y la preocupación. Algunas temen que el acuerdo anunciado entre Israel y Hamás fracase en el último momento: "Nadie puede darnos respuestas. Han estado secuestrados durante quince meses. Es mucho tiempo".
Escasez de gas y electricidad, fábricas paralizadas, escuelas y oficinas gubernamentales cerradas y una moneda que se desploma. Tras su debacle en Siria, Teherán está ahora inmersa en una crisis total a la espera de la llegada de Trump a la Casa Blanca.