Después de haber negado la escasez de mascarillas, el Gobierno opta ahora por una nueva estrategia: ahogar a los franceses bajo un diluvio de cifras sobre importaciones chinas que son tan utópicas como incoherentes. Así lo demostró el primer ministro, Édouard Philippe, durante su rueda de prensa el domingo 19 de abril, negándose a responder cualquier pregunta sobre el tema.
Alcaldes, presidentes regionales, policías, pero también simples ciudadanos multiplican los discursos autoritarios y la incitación a la delación. Un escenario preocupante cuando Italia se acerca al momento post-Covid-19.
Donald Trump ha decidido suspender la financiación estadounidense a la Organización Mundial de la Salud, acusada de encubrir las mentiras de China y de haber tardado demasiado en reaccionar. Críticas sutilmente compartidas por Francia. La historia es más compleja, ya que el organismo internacional es cuestionado cada vez que se declara una crisis sanitaria.
¿Están los africanos destinados a ser las « cobayas » de los científicos europeos? La polémica se inscribe en la creciente influencia de Bill Gates, blanco de las críticas de los antivacunas, en el continente africano: de los 3.000 millones de dólares invertidos cada año por su fundación, casi la mitad « beneficia » a África.
En una entrevista con Mediapart, la economista Anne-Laure Delatte estima que en estos momentos es urgente plantear una reforma fiscal y fijar las bases de un nuevo contrato social. Propone, junto a otros, crear un nuevo impuesto sobre el patrimonio.
Varios países asiáticos, entre ellos Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Sur, han desplegado equipos para localizar de forma sistemática a las personas que han estado en contacto con portadores del Covid-19. Este método, a veces intrusivo, permite romper las cadenas de transmisión del virus y ganar cierta ventaja.
Numerosas webs ilegales venden, aprovechando la confusión de la pandemia, productos farmacéuticos falsos en toda Europa. Las redes criminales aprovechan la crisis sanitaria para vender material y medicamentos peligrosos.
En un país en el que más de la mitad de los trabajadores no tiene un contrato ni cobertura social, la epidemia de coronavirus está actuando como una terrible revelación, exacerbando las desigualdades del país.
Relatos que hablan de solidaridad en Portugal y Noruega, de problemas con las mascarillas en Bélgica y Rumanía, de actuaciones autoritarias en Eslovenia y Turquía, de cómo el virus se propagó desde una estación de esquí en Suiza y la muerte lo invadió todo en un pueblecito de Italia. A través de ocho crónicas, periodistas del consorcio European Investigative Collaborations (EIC) relatan las diferentes realidades protagonizadas por la pandemia.
Escasez disimulada, instrucciones sanitarias fútiles, propuestas de importación desatendidas, existencias insuficientes, empresas privilegiadas: basándose en numerosos testimonios y documentos confidenciales, una investigación de Mediapart revela la caótica gestión del Estado, entre enero y nuestros días, sobre el aprovisionamiento de un material crucial para hacer frente a la crisis sanitaria: las mascarillas. Lejos de admitir la falta de stocks, numerosas mentiras han tratado de ocultar la penuria. Mientras tanto, cientos de trabajadores del sector sanitario han sido contaminados en Francia.